Se pasean la Calaca y la Catrina por las calles de La Noria

Celebran en esta sindicatura el Día de Muertos con verbena, callejoneada y concurso de altares

LA NORIA, Mazatlán.- «Estaba la Calaca en La Noria, en el Tianguis Dominical, buscando a una chamaca para ponerla a bailar», así reza una de las calaveritas creadas para recordar a los fieles difuntos durante la primera edición del Festival de la Calaca y la Catrina en esta sindicatura.
Marisol Lizárraga Lizárraga, Presidenta del Comité del Circuito Turístico El Habal-La Noria, dijo que como parte del Día de Muertos, los noreños crearon este festival para enaltacer las tradiciones mexicanas, pero sobre todo para fortalecer la convivencia en el pueblo.

«Hoy lo vamos a celebrar arrancando la primera edición y esperemos que se quede, para que la gente se motive y que cada año pues nos esforcemos más en sacar altares, ofrendas, que los niños participen, que se caractericen de catrinas o catrines, sobre todo la convivencia y la comunidad que genera este tipo de eventos».

La noche del lunes, en las calles de La Noria se celebró a la Muerte con música de banda, mientras la Calaca y la Catrina vestidas con coloridos trajes pasearon y visitaron los altares creados para recordar a los noreños que ya no están en este plano terrenal.

Una verbena popular con juegos mecánicos y antojitos como cena de plaza, tamales, dulces de leche, Pan de Muerto, elotes cocidos, galletas, coricos y botellas de tequila; una callejoneada y un concurso de altares con premios económicos, fueron parte de la fiesta.

Sobre el Día de Muertos, Lizárraga Lizárraga aseguró que en La Noria como en todo México, con anticipación los habitantes limpian y pintan las tumbas que guardan los restos de sus seres queridos, y el 2 de noviembre en el panteón de la comunidad se vive un romería.

En la primera edición del Festival de la Calaca y la Catrina en La Noria, organizado por autoridades, empresarios y habitantes de la sindicatura, participó el diseñador Luis Antonio Ríos González, mejor conocido como «Momo», con elegantes vestidos que orgullosa lució la Muerte esa noche.